6 de mayo de 2009

PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA GENEALOGIA, Principios Basicos para la Genealogia de los Borlaf

PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA GENEALOGIA.

La Real Academia Española, define la genealogía, en una primera acepción, como serie de progenitores y ascendientes de cada individuo. En una segunda acepción dice que es el escrito que la contiene y, finalmente, en su tercera acepción, mucho más restrictiva, afirma que es el documento donde se hace constar la ascendencia de un animal de raza.

Más ampliamente, genealogía, además de listas de nombres de antepasados de un ser, es la ciencia que permite el conocimiento no sólo de los antepasados, sino de la familia considerada como un conjunto de personas integradas en diferentes generaciones.

Para lo que ahora nos interesa, al margen de lo dicho por la Academia de la Lengua, definiremos la genealogía en una primera acepción como el conjunto de técnicas y de conocimientos de que podemos servirnos para la investigación de la historia de las familias.

Bien es verdad que la genealogía, en sus orígenes, se limitaba al recitado de sucesiones de nombres de padres e hijos en una cadena biológica, discursos de los que queda constancia en la Biblia y que se practicaban ritualmente por los hebreos que enseñaban de memoria a los niños las generaciones que les habían precedido.

Este sistema de aprendizaje ritual y memorístico nos muestra bien a las claras el primer peligro de esta genealogía rudimentaria y arcaica: la posibilidad de error por transmisión incorrecta del dato y la inseguridad que esta fuente representa para el conocimiento fehaciente. Una genealogía así fijada puede contener errores y omisiones que, en las siguientes generaciones, se agravarán con toda seguridad. Junto a la insuficiencia del puro dato nominal, sin fechas ni otros datos que las complementen, estas líneas genealógicas sólo sirven, a modo de ritual, para garantizar el recuerdo de unos personajes ligados por la relación paternofilial, que solamente cobra sentido, y lo conserva, cuando existen descendientes ocupados en memorizar, recordar y transmitir a su vez estas listas a las generaciones posteriores.

Lo que queda claro en este ejemplo para quien, como el lector, se inicia en las lides genealógicas es que nos encontramos ante una expresión del fenómeno que tiende a confundir una actividad con el resultado de la misma: la labor investigadora y de aprendizaje de las listas de nombres es una genealogía, rudimentaria si se quiere, pero indiscutible, mientras que las propias listas así obtenidas y preservadas reciben igualmente el nombre de genealogías, teniendo causa y efecto, por tanto, el mismo nombre.

La genealogía entendida como aquí lo hacemos, como actividad investigadora de corte científico que nos lleva al conocimiento de la familia, de una pluralidad de personas unidas por vínculos de parentesco, tiene una gran cantidad de finalidades.