14 de febrero de 2012

http://www.bubok.es/libros/210130/EL-ORIGEN-DE-LOS-BORLAF

Son muchos los pueblos que, a lo largo de la historia, han pasado por la Península Ibérica.
Casi todos esos pueblos han tenido asentamientos que han dejado huellas de su civilización y cultura, más o menos significativos en el actual territorio de la provincia de Guadalajara.
Su situación estratégica, entre las cuencas de los ríos Tajo y Ebro, entre las dos mesetas, entre los Sistemas Central e Ibérico, hizo de este territorio el epicentro de la Península y territorio de paso.
Se tiene constancia del hombre prehistórico, por ejemplo, en la Cueva de los Casares (en Riba de Saelíces) que tiene una antigüedad en torno a los 20.000 años y que tiene casi doscientos grabados rupestres anteriores a los de las Cuevas de Altamira.
Posterior y sucesivamente Arevacos, Lusones y Celtíberos se asentaron al Norte de Guadalajara.
Carpetanos y Oretanos se instalaron en las riberas de los ríos Jarama, Henares y Tajuña.
En Trillo quedan restos de la Calzada Romana que unía Caesar Augusta (Zaragoza) y Emérita Augusta (Mérida).
El Yacimiento de Recopolis (Zorita de los Canes) es muestra del paso de los Visigodos.
Wad-al-Hayara (Rio de Piedras) es el nombre que los árabes dieron al actual territorio de Guadalajara donde además quedan vestigios arquitectónicos como la Alcazaba de Molina de Aragón.
Tras la reconquista, a finales del siglo XI, pasó a depender de la Corona de Castilla.
Salvo en las pocas poblaciones donde había habitantes de comunidades asentadas de siglos anteriores, durante los siglos XII y XIII, fue repoblada, en muchos y pequeños núcleos, por castellanos de montaña.
En estos siglos, merced a la fuerza de los comunes de Villa y Tierra, como los de Cogolludo, Ayllón (hoy Segovia) o Beleña, mejoraron las condiciones de vida de sus pobladores y fueron impulsados el arte y la cultura.
Durante los siglos XV y XVI bajo el poder de la gran familia de los Mendoza llegó el máximo esplendor poblacional y socio-cultural.
A partir del siglo XVIII al igual que el resto de España, Guadalajara decae y la población queda diezmada, al igual que sucede con el patrimonio cultural y artístico, debido a las sucesivas guerras que se suceden hasta el siglo XX
La provincia de Guadalajara tiene, por su belleza y armonía en sus arquitecturas, “Conjuntos Históricos” en diversas localidades como Atienza o Sigüenza.
También merece destacarse que a más de 1000 metros de altitud, distantes de la capital entre 50 y 100 kilómetros, en el Noroeste de la provincia, al Sur del Sistema Central, a los pies del emblemático Ocejón y entre una amplia red de ríos y arroyos que tienen al Jarama como principal curso fluvial, se encuentran una serie de pequeñas poblaciones que tiempo atrás pertenecieron al Señorío de los Mendoza y cuyas edificaciones, realizadas en pizarra, constituyen la hoy denominada Arquitectura Negra.
Estas localidades han visto mermada notablemente su población a lo largo de siglo XX.
En ese entono, con las penurias propias de la Guerra Civil, de la postguerra e incluso algunas mas que ahora no viene al caso y con BORLAF como segundo y “curioso” apellido tres hermanas, nacidas en Tamajón, sabían que su madre, sus tías, su tío y su abuelo nacieron en Colmenar de la Sierra.
Especialmente la pequeña de ellas (mi madre) no pasaba de algún difuso comentario, pero sin documentación ni certeza, de que habían escuchado que el apellido BORLAF podía proceder de Centro Europa.
Poco mas sabían y al fallecer sin descendencia su primo Pedro, único que llevaba el apellido BORLAF en primer lugar, estaban convencidas de que el apellido desaparecería con ellas.
No tenían más primos, no había más BORLAF.
Con todo lo que antecede, mi ilimitada voluntad, mi limitada capacidad y sin más pretensión que el saber, un día decidí buscar EL ORIGEN DE LOS BORLAF.
El contenido de este libro es el resultado, que en forma de pequeños capítulos independientes revela que el apellido BORLAF… continuará.