13 de mayo de 2009

COMO BUSCAR ANTEPASADOS, como buscar los antepasados de los BORLAF, Borlaff ó Borlaz


Como buscar antepasados

Al iniciar una investigación genealógica tenemos en principio la idea de buscar datos sobre nuestro apellido, sin embargo hay que tener primero en cuenta, y esto es muy importante, la diferencia entre apellidos y linajes. Son los linajes en los que deberemos centrarnos si queremos encontrar y seguir nuestra línea familiar. Esta diferenciación es especialmente relevante a la hora de localizar el blasón (escudo heráldico) de nuestro apellido, hay que tener claro que el blasón corresponderá a un linaje o línea familiar y no de modo genérico a un apellido.

Dentro de un mismo apellido habrá distintos linajes o familias, así que nos podremos encontrar con distintos blasones dentro de un mismo apellido y muchos linajes o familias dentro de un apellido a los que no les corresponderá blasón alguno. Por ejemplo tomemos una persona apellidada Álvarez en el siglo XVI que tiene tres hijos, uno de ellos realiza alguna hazaña o servicio que hace que el rey le conceda un blasón, o por voluntad propia encarga su confección a un rey de armas, a partir de ahí los descendientes de esa rama de Álvarez tendrán un escudo heráldico unido a su apellido, pero ese escudo solo pertenecerá a ese linaje. Los otros tres hermanos Álvarez a los que no les ha sido otorgado el uso de escudo de armas, tendrán apellido que transmitirán a sus descendientes pero no ese escudo de armas.

Existirá un blasón del apellido Álvarez, pero solo pertenecerá a los descendientes de la rama o linaje a la que le fue concedido su uso, no a todos los que se apelliden Álvarez. Puestos a iniciar la investigación el primer paso será ver de que datos partimos, que datos familiares tenemos para empezar, si ya tenemos algunas partidas sacramentales o civiles. El modo de remontarnos hacia arriba en nuestro árbol familiar lo más lejos posible será, fundamentalmente, mediante la búsqueda y colección de partidas de nacimiento o bautismo, matrimonio y defunción.

Es importante pedir copia literal, y no extracto, de la documentación que nos interese porque así obtendremos la mayor información.

Para construir el árbol genealógico hay que tener en cuenta que durante los siglos XVI y XVII, se producen cambios frecuentes en los apellidos, unos llevando un apellido aunque no corresponda en esa generación porque va ligado a la posesión de varonía o a un mayorazgo o porque es el apellido del antepasado más notable, también es fácil que cambie un apellido al moverse de provincia, que un apellido plural se singularice, o que al llevarlo una mujer se feminice el apellido, o que se castellanicen apellidos como sucede con apellidos vascos o navarros que emigran a Andalucía. También se produce el caso de apellidos extranjeros que se traducen por ejemplo "White", por Blanco.

Para el caso de apellidos localizados en las Islas Canarias hay que tomar en consideración que desde que estas se incorporaron a la Corona de Castilla a finales del siglo XV tuvieron como régimen filial un matriarcado que tuvo vigencia hasta el primer tercio del siglo XIX y que solo desapareció por completo al implantarse el Registro Civil en 1870.

Esta costumbre portuguesa del matriarcado imperó en Canarias determinada por la considerable población lusa avecindada en el archipiélago y se generalizó a todas las familias, hasta el punto de decirse, que no hay familia en Canarias que pueda remontar su genealogía de varón a varón hasta la conquista, ya que en todos los caso aparecería una mujer que sería el eslabón imprescindible para la sucesión.

Otra circunstancia que se dio singularmente en las islas es que no existía un articulado que exigiese poner a los hijos los respectivos apellidos del matrimonio, con lo que es frecuente encontrar hijos con unos apellidos completamente distintos a los de los padres, porque se transmitían saltándose generaciones o, en muchos casos también, se le daba a los hijos los apellidos de parientes, padrinos o protectores.


Recopilar datos en nuestro hogar

En primer lugar, y antes de embarcarnos en la confección de un árbol genealógico tenemos que recopilar el mayor número de datos posibles acerca de nuestra familia. Lo mejor es preguntar a nuestros mayores, sobre nuestros antepasados, así como recopilar fotografías y documentos como testamentos, pagos de impuestos, pasaportes, billetes de barco, libro de familia, partidas de nacimiento, documentos de enterramiento, escrituras de bienes, etc. Tenemos que ordenarlos y clasificarlos para sentar la base de partida.


Registros civiles

Tenemos que acudir a los registros civiles para obtener documentación fidedigna sobre nuestros antepasados. Lo mejor es empezar por solicitar una copia literal de la partida de nacimiento de uno mismo, para continuar con la de nuestros padres abuelos etc., hasta el año 1870. A partir de dicho año y hacia el pasado, tendremos que recurrir a los archivos eclesiásticos, principalmente archivos de las Parroquias y archivos Diocesanos.

A partir del año 1870, se obliga por ley a llevar un registro general de nacimientos, matrimonios y defunciones. En las partidas de nacimiento encontraremos los datos del recién nacido, nombre y apellidos, edad, lugar de nacimiento y profesión de sus padres, y los nombres de los cuatro abuelos. En las partidas de matrimonio encontraremos los datos de los contrayentes, así como los nombres de sus padres (en ocasiones aparecen los de los abuelos). En las partidas de defunción encontraremos los datos del fallecido, los nombres de sus padres, el nombre de su cónyuge, y los de sus hijos.

Los Registros Civiles, normalmente están ubicados en los Juzgados, en ciudades y pueblos grandes, y en los Ayuntamientos, en pueblos medianos y pequeños.

Otros documentos civiles que pueden ser de interés para nuestra investigación son los documentos y expedientes de ciudadanía otorgados por: las embajadas, policía y el Registro Civil. En estos expedientes figurará la partida de nacimiento, y datos sobre las circunstancias familiares.

Contienen los siguientes fondos:
-Nacimiento
-Matrimonio
-Defunción
-Capitulaciones Matrimoniales
-Testamentos
-Informaciones y Particiones "Post mortem"
-Cambios de apellidos
-Expedientes de ciudadanía


Registros eclesiásticos

A partir del Concilio de Trento, 1570, se obliga a los párrocos a llevar un archivo de nacimientos matrimonios y defunciones. El contenido de los mismos, en cuanto a datos se refiere, es muy parecido al mencionado en el Registro Civil. En los archivos diocesanos, encontramos principalmente: duplicados de las partidas de nacimiento, matrimonio y defunción, enviadas al arzobispado, por los párrocos cuyas parroquias pertenecen a esa diócesis, (existen estos duplicados desde el año 1867 al 1900, aunque esto difiere en cada circunscripción), expedientes matrimoniales (a partir de finales del siglo XVIII), dispensas matrimoniales (a partir del siglo XIV), libros de cofradías, patronatos, pías causas, capellanías, matrículas de cumplimiento, etc.

Los archivos parroquiales están ubicados en las propias parroquias, y los diocesanos, en los arzobispados de cada diócesis. Hace ya algunos años, que algunas parroquias (no todas), envían sus libros al archivo diocesano, conservando únicamente los que tiene una antigüedad de hasta 100 años.

Contienen los siguientes fondos:
A) Archivos parroquiales:
- Libros de Bautismo
- De Confirmación
- De Matrimonio
- De Defunción

- De Velados
- De padrones de feligresía para controlar el cumplimiento de
los sacramentos:
a.- De Confesión
b.- De Comunión
c.- De Pago de Bulas
- De testamentos ante notario apostólico

B) Archivos Diocesanos: (64 diócesis)
Expedientes matrimoniales en sus diferentes denominaciones:
1.- Normal
2.- Consanguinidad
3.- Capitulaciones
4.- Estrechez
5.- Cópula
6.- Sospecha.
7.- Ordenaciones in Sacris (curas)

C) Archivos eclesiásticos del Vicario General Castrense custodiados en el Ministerio del Ejército donde figuran casamientos y defunciones de los oficiales y su hijos, con multitud de anotaciones muy particulares e interesantes



Otros archivos civiles
Los más importantes son los Archivos Históricos Provinciales, los Archivos Municipales, el Archivo Histórico Nacional, el Archivo Histórico General Militar (Segovia, Ávila -jefes y oficiales-, Guadalajara -tropa-), el Archivo general de Simancas, el Archivo general de Indias.

Pero también están otros de "menor importancia" como los Archivos de la Corona de Aragón, Valencia, Galicia, Mallorca y Cervera, el Archivo del Palacio Real de Madrid, el Archivo de la Real Chancillería de Granada, el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, el Archivo de la Real Academia de la Historia, el Archivo de la Biblioteca Nacional, los Archivos de las Audiencias Territoriales, el Archivo de la Casa de Juntas de Guernica...